De entre todas las personas que nos aportan consejos para la vida hay que saber distinguir a los que verdaderamente nos iluminan de los que no hacen otra cosa que tendernos una trampa. En el primer grupo están los más brillantes sabios de todos los tiempos, aquellos cuyas enseñanzas perduran. Es esta gente la que puede mostrarnos la luz y ayudarnos a encontrar el verdadero camino hacia la felicidad ---algo que Paulo Coelho denominaba "La Leyenda Personal" en su novela "El Alquimista"---.
El otro grupo de "guías" actúa de forma diferente. Sus consejos son más directos, aludiendo siempre al sentido práctico de las cosas. Nos animan a ser perseverantes y sacrificados en nuestros objetivos, haciéndonos creer que si así actuamos pronto conseguiremos ser prósperos. Pero esta prosperidad que nos venden no es más que un placebo, un sucedáneo que ineficazmente intenta tapar una sensación de vacío que no lograremos mitigar. Muchas personas acuden a este remedio para llenar ese incómodo hueco que tienen en sus vidas, y aún habiendo triunfado siguen conservando ese vacío. Y esto ocurre porque estos infames consejeros transportan un mensaje de engaño, una trampa que nos encadenará a la desdicha y de la que resulta difícil salir. Este grupo de charlatanes reune columnistas de medio pelo que trabajan para revistillas de emprendedores, amargados entrenadores de equipos deportivos de instituto y toda clase de patéticos personajillos fantasmales en traje de Armani que están adoctrinados para comerse su propia mierda. Estas calamidades no son otra cosa que mediocres mercachifles que, de ser realmente eficaz su ideología, hace tiempo se habrían hecho ricos y famosos, mas no es así en la práctica totalidad de los casos. Hace falta algo más que ser perseverante y levantarse todos los días afirmando estar dispuesto a comerse el mundo. Hace falta algo más que creer ser bueno en algo; hace falta ser realmente bueno en algo.
Y en sus discursos siempre usan ejemplos tan estúpidos como el de aquel fulano que a base de hacer trueques consiguió una casa cuando empezó teniendo un clip. Bien, es un caso aislado de éxito. Desde luego no va a haber casas para todos los que tengan clips (yo tengo una caja llena de ellos). De modo que sus teorías recaen siempre en el ejemplo de la persona miserable y pobretona que llega muy alto con tesón y determinación. Así, la gente que se siente pobre de espíritu, incapaz de triunfar en la vida, se aferra a esta idea pensando que también para ellos hay un papel principal en ese cuento de hadas. Pero lo cierto es que han sido pocas las cenicientas que han llegado a casarse con un príncipe azul.
La gente debería pararse a pensar qué es lo que realmente desea, qué es lo que realmente da forma a su Leyenda Personal.
Era también muy poco probable que un apuesto caballero besase a la Bella Durmiente; podría quedarse en su estado catatónico para el resto de los tiempos. No es seguro que nuestra historia termine con un final feliz; puede surgir un imprevisto. Puede la hormiga perder todo lo que durante el verano estuvo recogiendo ---mal que sería menor para el caso de la cigarra---, siendo así todo su esfuerzo en vano. Pero la realidad es muy distinta de la ficción. La historia de nuestra vida no se corresponde con un cuento de Horatio Alger. El Sueño Americano tiene aforo limitado.
No es que sea malo perseguir la prosperidad en la vida. El problema estriba en lo que entendemos por ser próspero. Estamos todos empleando la misma métrica a la hora de plantear nuestras metas, de modo que, al final, todos deseamos lo mismo. Todos deseamos lo que está de moda, todos deseamos lo más caro y lujoso, todos deseamos ser importantes y poseer grandes riquezas. Así nos adoctrinan. Nos obligan a competir, a avasallar, a trepar por la espalda del desvalido. Mezquinos e inhumanos, así acabamos siendo. ¿Es eso prosperidad? Los únicos vencedores son la competitividad y un capitalismo voraz que nos aleja cada vez más de nuestra condición de seres humanos.
La gente debería pararse a pensar qué es lo que realmente desea, qué es lo que realmente da forma a su Leyenda Personal. Cada individuo es único, y no tiene sentido comportarse como la sombra de alguien ---por muy próspera que esta persona haya sido---, imitando todos sus movimientos. No podemos conformarnos con ser la burda imitación de alguien que ha alcanzado la felicidad a su manera; nosotros debemos encontrar la nuestra y vivir nuestra vida de forma genuina. Así encontraremos la verdadera felicidad, sin sacrificar la convivencia con los demás.
All that you've taken from others
Will be taken from you
All that your dissonance smothers
Will then come back to you
Whatever happens tomorrow, and whatever you do
Just keep in mind, that the source and the end is you
(Epica - Another Me "In Lack'ech")