Pensamientos de un Aventurero Cósmico.

lunes, 27 de octubre de 2008

Pequeña

Pequeña, hoy tus lágrimas llegan a mí. Mojan mis manos como un aguacero de llanto, como una lluvia de pena y dolor. Tus lágrimas llegan a mí, pequeña, a pesar de que te encuentras muy lejos de aquí. No llores más, pequeña, porque pronto vas a ser feliz.

Sientes que tu vida pasa ahora por un callejón sin salida, un charco de lodo en el que te has hundido y te cuesta salir. Todo parece indicar que las cosas irán a peor, hasta que finalmente asumas y aceptes que es tu destino. Mas no es así. No llores más, pequeña, porque pronto vas a ser feliz.

¡Oh, pequeña mía! Yo te recuerdo aún llena de vitalidad y energía, ansiosa por descubrir mundo, por vivir nuevas experiencias. ¡Cuantas aventuras viviste! Al menos no puedes decir que no has aprovechado aquellos maravillosos días, y toda esa experiencia adquirida se rebelará pronto para liberarte de tu presidio. No llores más, pequeña, porque pronto vas a ser feliz.

Has elegido un camino menos apasionante. Ahora los días transcurren, uno tras otro, como copias de copias de copias. Rutina. Eso hace que te sientas vacía y te gustaría sentirte realizada. Tratas de escudarte en tu trabajo, siempre igual: copias de copias de copias. Tratas de hacer siempre las mismas cosas para distraerte en el fin de semana: copias de copias de copias. Tratas de convencerte, con copias de copias de copias, de que tu vida, al menos, está libre de sobresaltos — falso, por cierto. Puedes elegir eso y dormirte, ahogada en llantos, hasta el día de tu muerte. ¿Estás conforme con eso? No llores más, pequeña, porque pronto vas a ser feliz.

Siempre me dices que te sientes querida, que no faltará alguien que te adore a tu lado. ¿Y cómo es que hoy llueven lágrimas tuyas? ¿Dónde está tu incondicional amigo? ¿Qué pasó con tu media naranja? Están a tu lado, sí, apoyándote; pero no comprendiéndote. Les gustaría hacerlo; llegar a entender tu dolor, fruto de una pasión inalcanzable para ellos. No llores más, pequeña, porque pronto vas a ser feliz.

Toma de nuevo las riendas de tu vida, para luchar por lo que tú quieres, para abolir el conformismo. Niégate a ser lo que otros quieren que seas; sé tu misma, pequeña. Vuelve a ser como antes, libre y soñadora; siendo como antes pero viviendo el ahora. Avanza sin añoranzas del pasado, aprovechando ese legado de experiencia de tu época dorada. Pronúnciate en contra de un estilo de vida que se te ha impuesto, sutilmente, sin que tu lo quisieras, condenándote hasta el fin de tus días a sentir lo mismo de siempre: sentimientos enlatados. No es para eso para lo que tú estás viva, pequeña; no es para eso para lo que tú sientes. Quieres experimentar de nuevo, exponerte a la grandeza del mundo otra vez; y querer es poder, pequeña. Tú eliges. No llores más, pequeña, porque pronto vas a ser feliz.

Porque la misma confusión
Que sientes tú la siento yo
Yo me limito a seguir
La ley de mi corazón

(Amaral — Kamikaze)

No hay comentarios: