Pensamientos de un Aventurero Cósmico.

sábado, 13 de enero de 2007

Fallen Angel (V)

Es importante reconocer a tiempo nuestras propias limitaciones. Conocerse a uno mismo es una experiencia fantástica y muy productiva, pero por error podemos llegar a un concepto irreal de nosotros mismos. Nuestras virtudes pueden en realidad no ser ciertas; en el momento más inesperado pueden desmentirse éstas.
Citando a Heráclito, estamos sometidos a un contínuo cambio, inmersos también en un mundo igualmente cambiante, y por tanto no podemos aferrarnos a una idea estática sobre el mundo o sobre nosotros.
Con los defectos suele ocurrir algo parecido; por fortuna aprendemos de nuestros errores. Citando a Heráclito, estamos sometidos a un contínuo cambio, inmersos también en un mundo igualmente cambiante, y por tanto no podemos aferrarnos a una idea estática sobre el mundo o sobre nosotros.

Un gravísimo error que cometemos es el de atribuirnos cualidades que afirmamos poseer invariablemente, cuando rara vez es así. Y queriendo aferrarnos más y más a lo que llamamos "nuestros principios" solemos llegar a una situación insostenible en la que ya no es posible seguir siendo fieles a éstos, sucumbiendo a la realidad. Groucho Marx dijo una vez: "Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros".
La buena obra nace en el corazón y no se intelectualiza, no se le da forma, no se le busca una explicación.
Los principios no son más que ideas estáticas, y ser gente de principios equivale a empecinarse en la defensa de unos ideales, sin llegar nunca a actuar, ya que la idea es el opuesto de la acción. Buenas intenciones deben poblar el corazón, para obrar bien; eso es mejor que aturdir a la mente con ideas.

Y para actuar hay que tener en cuenta ese perenne cambio y liberarse de la atadura de los ideales. La buena obra nace en el corazón y no se intelectualiza, no se le da forma, no se le busca una explicación. Simplemente se origina el deseo, se canaliza a través de la acción e interactúa con el mundo. En su forma más pura, la forma es irrelevante. Bruce Lee buscaba la forma sin forma, aludiendo al agua como elemento capaz de adaptarse a todas las situaciones y actuar en consecuencia. Esa es la actitud adecuada: ser como el agua.

"Be formless... shapeless like water. If you put water into a cup, it becomes the cup. You put water into a bottle; it becomes the bottle. You put it into a teapot; it becomes the teapot. Water can flow, and it can crash. Be water, my friend..." (Bruce Lee)

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