Pensamientos de un Aventurero Cósmico.

domingo, 7 de enero de 2007

Tormenta

Las hadas han volado ya, se han ido para siempre de su bosque mágico. Allí ya no queda nada; ahora sólo es un yermo inerte de muerte y desolación. Era el último reducto de paz, el escondite predilecto.

Desolado estoy. El mundo se ha tornado para mí en un averno de infinitas dimensiones. Hasta el tiempo se me antoja eterno, al ver transcurrir los segundos como horas, al cansarme de esperar por la luz de un nuevo y efímero día de invierno, con sus escasas horas de luz. Luz escasa e insuficiente, calor que no llega; intento fútil de causar agrado, pero vencido por una nueva noche, larga y fría.

Un coro de mil voces emite sus desesperantes cánticos dentro de mi cabeza. Se lanzan contra mí, volando en picado, aturdiendo mis oídos con su vuelo rasante. No hacen más que repetir que estoy solo, solo en medio de la noche; desvalido, desprotegido, desamparado, sin esperanza. Desterrado de la tierra prometida, comienzo un nuevo eón de errantes caminares entre las sombras, de peregrinaje sin tierra santa, de vagar sin rumbo fijo. En mi huída perdí brújula y cartas de navegación, y guiarme por las estrellas no puedo en esta noche de tormenta.

¿A dónde se han ido las hadas? ¿A dónde se han llevado la alegría y la ilusión? Seguir su rastro no es posible, pues mis alas no pueden ahora volar. Es un destino que se me antoja inalcanzable. Yazco en el suelo, sobre un charco de mi propia sangre, perdido, desolado.

Dry your eyes and quietly bear this pain with pride
For heaven shall remember the silent and the brave
And promise me they will never see, the fear within our eyes
(my eyes are closed)
We will give strength to those who still remain

The Crüxshadows - Winterborn

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