Pensamientos de un Aventurero Cósmico.

domingo, 11 de junio de 2006

Whisky bueno: ¡excitad mi frágil pequeña vejez!

Nada mejor que un pangrama para bordar el título de este mensaje, concebido en este delicado momento de reflexión. Un delicioso trozo de noche estival ---aunque aún estemos en primavera--- bañado en una mezcla de crema de whisky y música melancólica.

Las notas de "Nostalgia", de Stream of Passion, se suceden con delicada calma y mis pensamientos recapitulan lo más notable de estos últimos días.

Hace ya más de un año que comencé a resurgir de entre mis cenizas, purificado y reconvertido en un ser de luz. Cada día pasado, un verso de la magnífica epopeya de mi vida. Desde entonces, he derribado la muralla del prejuicio y he dejado muy atrás los templos del fanatismo y de la defensa vehemente e incoherente de ideas muertas.

No obstante, queda mucho por caminar. Caminar a través de un yermo carente de senderos que nos lleven a conocer la verdad. No existe, pues, una forma única y canónica de alcanzar la sabiduría. Sé que ese es el objetivo que he escogido, pero también sé que alcanzarlo es imposible. Todo lo más, estar a escasos centímetros de él para, en un último esfuerzo, con un último suspiro, sentir cómo las yemas de mis dedos casi acarician nebulosas y galaxias más allá de lo que alcanzamos a ver. Sentir esa fuerza, esa energía ubicua, que es nuestra razón de ser. Comprender el amor en su esencia más pura.

Ahora quiero compartir una perspectiva multicolor que me ayude a comprender mejor el mundo. No se puede filtrar nada porque no somos quienes de juzgar qué cosas son relevantes y qué cosas son supérfluas. En cada molécula, en cada intercambio energético, hay un mensaje que merece la pena comprender. Estar en contacto con el mundo exige esta atención permanente a todas y cada una de sus sutiles manifestaciones.

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