Pensamientos de un Aventurero Cósmico.

viernes, 8 de diciembre de 2006

Sonido crepuscular

Una vez, de niño, me quedé durante mucho tiempo pasmado contemplando la puesta de sol. Vale decir que donde yo vivo los atardeceres son magníficamente bellos, tanto que quienes vienen de fuera se quedan prendados de su inigualable hermosura y se van con una sensación de nostalgia única ---que aquí llamamos morriña---.

Pero para mí no era novedad aquel atardecer; ver desde la playa como el sol se ponía tras las montañas era un hecho cotidiano. No obstante, ese día sentí una profunda melancolía durante y tras la observación del ocaso. Yo me hallaba en una excursión del colegio, junto con todos mis compañeros y las maestras. Era la hora de la cena y ya casi todo el mundo había rematado sus viandas, de modo que reinaba un alegre alboroto en el comedor, fruto de la enérgica vitalidad de los niños. Todos mis amigos jugaban, contaban chistes en la mesa, reían ... menos yo. Yo estaba inmerso en mi contemplación, ajeno a lo que en el mundo pasaba en ese momento; tenía mi mirada fija en un paisaje costero salpicado de destellos color miel momentos antes de ser consumido por la noche.

De vez en cuando mis colegas hacían alguna broma acerca de mi peculiar comportamiento, a las cuales se sumaban los graciosos pero cultivados comentarios de mis maestras al respecto. "Vaya, parece que ha visto el rayo verde del sol", decía una de ellas. Yo, pensativo y taciturno, sólo me interesaba por mi observación, sin apenas hacer caso de lo que me decían. Pero no lo ignoraba todo; desde entonces me he preguntado qué demonios sería ese rayo de color verde.

Ahora, muchos años después, sigo disfrutando de vez en cuando de una bonita puesta de sol. Un atardecer puede llegar a ser reconfortante cuando todo va mal, o cuando necesitamos desconectar del terrible ajetreo cotidiano. Se podría decir que es como una droga. Tal vez el responsable de esta adicción sea ese rayo verde tan difícil de cazar y que, casi sin darme cuenta, vino a mí sin que se lo pidiese. Desde entonces me invade una perenne melancolía que ya es característica de mi ser.

Siempre que escucho ciertas canciones viene a mi memoria un paisaje con una puesta de sol. Es como si esas melancólicas notas me transportasen a un lugar cerca del mar donde se puede ver una puesta de sol, plácidamente, una tarde de verano, disfrutando en silencio de un momento de tranquilidad. A esas canciones las clasifico como "sonido crepuscular" precisamente por evocar esa mágica sensación.

Canciones tan conocidas como "Wicked Game" o "Blue Hotel", de Chris Isaak son especialmente significativas; el lector me dará la razón cuando afirmo que su sonido es melancólico. Podría decirse que Chris Isaak es el máximo representante del sonido crepuscular. Le siguen de cerca los Shadows. La emoción me embargaba cuando, hallándome yo en plena travesía por el Báltico en un crucero, los músicos del barco interpretaron un tema de los Shadows ("Apache", concretamente). Y podría continuar enumerando canciones ---con sus respectivos autores---, de diversos géneros y generaciones, pero todos con ese denominador común en forma de nostálgicos acordes, suaves y melódicos, aderezados eventualmente con letras que versan sobre historias de amor, románticos parajes de ensueño o cualquier otra cosa igualmente emotiva.

El sonido crepuscular anuncia la llegada de la noche en la que el romanticismo triunfará, y el deseo de los amantes se fundirá en una supernova de pasión.

Blue Hotel, every room is lonely,
Blue Hotel, I was waiting only.
The night is like her lonely dream.

Chris Isaak - Blue Hotel

jueves, 7 de diciembre de 2006

Enjoy the silence

Una de las canciones más bellas que conozco es "Enjoy the silence", de Depeche Mode. Su letra es profunda ---a la vez que sencilla y fácil de entender--- y pone de manifiesto una verdad como un templo:

Words like violence
Break the silence
Come crashing in
Into my little world
Painful to me
Pierce right through me
Can't you understand
Oh my little girl

All I ever wanted
All I ever needed
Is here in my arms
Words are very unnecessary
They can only do harm

Vows are spoken
To be broken
Feelings are intense
Words are trivial
Pleasures remain
So does the pain
Words are meaningless
And forgettable

All I ever wanted
All I ever needed
Is here in my arms
Words are very unnecessary
They can only do harm

Enjoy the silence




El mensaje de esta canción es claro y directo. Hay cosas que no se pueden explicar con palabras, hay cosas que ni siquiera se pueden llegar a comprender; sólo se pueden sentir. Las palabras irrumpen groseramente en un armonioso y plácido intercambio de miradas y sensaciones, echándolo todo a perder. Aprendamos a disfrutar de cada momento mágico vivido ---con la pareja, por ejemplo--- y no permitamos que nada perturbe ese silencioso encuentro.

El silencio es infinitamente bello, pero no siempre alcanzamos con otras personas el grado de confianza necesario para que dicho silencio deje de ser incómodo. Nos ocurre constantemente ---en el ascensor, en el bus o en el metro--- que al encontrarnos con otras personas nos sentimos incómodos por no saber qué decir, ¡como si estuviésemos obligados a decir algo! Por alguna extraña razón nos ponemos a hablar sobre el tiempo que va a hacer o banalidades similares. Dediquémosle a esas personas una mirada o una sonrisa, antes que decir cualquier tontería. El mundo será más feliz.

Así, el mensaje de "Enjoy the silence" ha de llegar a todos, pero sin tener que abrir la boca para propagarlo. Simplemente sintiendo todo aquello que estaba enmascarado por injustificados discursos, simplemente disfrutando del silencio.

Han hecho versiones de este tema artistas de géneros musicales muy dispares, desde Tori Amos hasta Lacuna Coil; la primera dándole un toque íntimo y los segundos adaptándolo a su estilo más atmosférico. Dichas versiones son de mi agrado, sin duda alguna, pero quizás el tema original tenga algo que lo haga aún más interesante: algo que he decidido llamar "sonido crepuscular".

Tal vez sean esos ritmos "tecno" mezclados con esos acordes tan melancólicos, o tal vez sea por algún recuerdo de mi mente, pero lo cierto es que siempre que escucho esta canción me viene a la cabeza un bello atardecer visto desde algún abrupto cabo de las costas gallegas (paisaje cuya belleza no tiene parangón). Son sonidos que evocan a la nostalgia y a la melancolía, o más bien sonidos que invitan al recogimiento. Con ellos se anuncia la noche y su quietud característica. ¿Qué mejor momento que una noche tranquila para disfrutar del silencio?

Buscad un lugar tranquilo y contemplad desde allí una puesta de sol. Simplemente contemplad; no digais nada. No permitais que nada pueda perturbar ese silencio sagrado, ni siquiera la radio ni la TV. Sentid junto con vuestras personas más queridas que de vuestra confianza surgirá la pasión, y luego es cuestión de dejarse llevar cuando caiga la noche.

sábado, 11 de noviembre de 2006

Carta a un dictador muerto

(NOTA: Lo que sigue no va dirigido a ninguna persona en concreto, ni pretende ser una reacción a algún evento conmemorativo reciente. Simplemente es algo que se me ocurrió para expresar, de forma abstracta, que el deseo de libertad finalmente vence a la opresión.)

Estas muerto. ¿Y ahora qué?

En vida fuiste un temible dictador, revolucionario y despiadado. Eras también muy elocuente, pero tus palabras han volado con el viento; ahora no son nada, pues apenas persiste su eco sólo en la mente de unos pocos ignorantes nostálgicos. La gente se congregaba para oir tus discursos, portaba los emblemas de tu régimen y entonaba los cánticos de tu partido hasta la saciedad. ¿Y qué? ¿De que sirve ahora?

¡Fíjate! Mírate bien. Observa como la putrefacción avanza, como tus huesos pronto se quedarán al desnudo dentro de ese féretro en el que tus más acérrimos seguidores te han guardado. ¡Tanto empeño han puesto en embalsamarte para nada! Tu destino es ser polvo.

Y eso es lo único que serás, porque siempre has sido eso: carne en contínuo estado de putrefacción. No hay alma, no hay espíritu. ¿Y tus ideologías? Todo aquello solo era palabrería bonita para embaucar a los más ingenuos. Y para los más avispados disponías de otro método: la violencia.

Pero ahora ya no puedes matar ni una mosca. Estás muerto, no lo olvides. ¿A quién vas a imponer ahora tu fuerza? ¿A quien vas a persuadir ahora con tus discursos sin sentido? Ya no tienes quien te siga el juego. Los pocos que dicen guiarse por tus ideas pronto serán disidentes. Pronto se cambiarán de bando, porque desean vivir libres; están hartos de obedecer tus órdenes sin rechistar. Ahora es su momento. Ahora es nuestro momento. Tu época de gloria ya pasó.

Descansa en paz. Y feliz inexistencia.

martes, 17 de octubre de 2006

Miedo

Tenemos miedo. Miedo a arañas y serpientes, miedo al fracaso, miedo a no saber qué decir, miedo a no conocer lo que nos depara el porvenir, miedo a perderlo todo, miedo a la muerte. Tenemos miedo a un montón de cosas, y eso nos hace infelices.

En ocasiones el miedo nos hace actuar de forma adversa, siendo nuestra respuesta perjudicial. La mejor reacción al problema se ejecuta desde la serenidad, teniendo una visión clara del problema, desde una perspectiva global. Así, la actuación instintiva del miedo nos priva del beneficio final de una acción meditada y suficientemente precavida.

El miedo nos previene de sufrir situaciones peligrosas, y no cabe duda de que actuar de forma temeraria reduciría de forma drástica nuestras esperanzas de salir con vida de muchas situaciones. Cuando no existe la meditación previa, el miedo es el único salvavidas del que podemos echar mano.

Pero lo más grave del miedo es que puede ser utilizado para el beneficio de otros. Muchas veces nos inculcan ese miedo; nos hacen creer que no estamos seguros, que vivimos ante incesantes amenazas y que no se puede confiar en nadie. Así se gesta en las personas ese sentimiento egoísta y desconfiado que finalmente no beneficia a nadie, salvo a aquellos que lo inducen, entre bastidores. Se llevan a cabo maniobras políticas para apoyar guerras con el pretexto de que aquellos a los que se invade suponen una amenaza, un peligro. Se insta a la gente a que se entreguen en cuerpo y alma a la causa de hacer prosperar a una nación a cambio de una pacífica y placentera jubilación, muchos años después.

¿Y qué es una nación? ¿Es realmente tan sólido un estado? Naturalmente, eso es lo que nos dicen. Nos identifican con una nación para que sintamos el orgullo de ser de esa nación. El estado es robusto porque todos nosotros construimos sus murallas, ladrillo a ladrillo. Y eso está bien: todos deseamos una existencia placentera, sin conflictos, sin precariedades, sin inestabilidad. No obstante, la forma que tienen para educarnos en esos valores es el del miedo, y por consiguiente, nace de ahí la desconfianza que desencadena luego todos los conflictos de la Humanidad.

El miedo no es el camino. Ama a tu prójimo: esa es la ley. Todo lo demás es veneno.

lunes, 25 de septiembre de 2006

El dilema del prisionero

Un problema clásico que figura en todos los libros de teoría de juegos es el archiconocido dilema del prisionero. En él se cuestiona la siguiente situación:

Dos personas ingresan en prisión acusadas de cometer un delito del cual no se tienen pruebas suficientes. En la cárcel ambas personas son aisladas e interrogadas por separado, de modo que ninguno de los dos puede conocer el testimonio de su compañero. La cuestión es que si uno de los dos confiesa ---acusando, por tanto, a su cómplice--- queda inmediatamente en libertad, mientras que su compañero asumiría la totalidad de la condena, que asciende a 15 años de prisión. Si ninguno de los dos confiesa, al haber falta de pruebas sólo se les condenaría a 6 meses de prisión por delitos menores tales como posesión ilícita de armas. Si por el contrario confiesan ambos, la pena se reparte, correspondiéndole a cada uno 10 años de cautiverio.

Cada uno de los dos prisioneros, actuando por separado y de forma totalmente egoísta elegirá confesar, por ser ésta la opción con mejores expectativas. Mas no es así, porque al actuar ambos de idéntica forma les corresponde la pena de 10 años de prisión a cada uno.

Es obvio que la opción más favorecedora para los dos sería la de no confesar. Actuar así requiere tener una visión del problema desde la perspectiva del conjunto, favoreciendo a ambas partes como un todo. Pero no siempre disponemos de esa visión global y ni mucho menos nos mueve el afán cooperativo para lograr el bien de la comunidad.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

Fallen Angel (IV)

Nacemos libres, pero indefensos. El entorno nos condiciona para protegernos; nos da amparo a cambio de un poco de nuestra libertad. Desde pequeños recibimos una educación que nos da valiosos consejos para vivir la vida, pero a veces se sufren daños colaterales.

La educación que recibimos no es ni mucho menos imparcial. Nos bautizan con creencias, nos visten con nacionalismos y nos arropan con sentimientos patrióticos. Simplemente por el hecho de haber venido al mundo dentro de un país o una etnia se nos inculcan toda clase de sentimientos de arraigo hacia una fe o una patria. Pero todos ellos son sentimientos falsos, porque no salen del corazón.

Toda esa educación lleva, de forma totalmente intrínseca y subliminal, la impronta de ese espíritu patriótico cuyo objetivo es el de mantener bien unidos a los miembros de un determinado colectivo. Esa unidad ---a la que a veces llamamos nación, religión, etc.--- se hace sólida a base de ensalzar de forma reiterada los valores o símbolos que la identifican. Himnos y banderas son expuestos delante de las personas para que las personas asocien, de forma casi involuntaria, estos emblemas con la sensación de protección que buscan y obtienen de todo esto.

¿Y qué pasaría si todas las personas ejerciesen un pensamiento independiente?

We don't need no education.
We don't need no thought control.
No dark sarcasm in the classroom.
Teacher, leave those kids alone.
Hey, teacher, leave those kids alone!
All in all it's just another brick in the wall.
All in all you're just another brick in the wall.

(Pink Floyd - Another brick in the wall)

miércoles, 30 de agosto de 2006

Opiáceos Chungos

Ya no es la primera vez que me encuentro con ciertas personas, aficionadas al fútbol, que por el mero hecho de ser forofas del Real Madrid repudian todo lo catalán (y viceversa para fans del Barça, supongo). Menuda panda de borregos.

Resulta cuanto menos curioso observar el comportamiento de la gente en materia de creencias y nacionalismos. Parece ser que la gran mayoría necesita de un ente supremo la protección y la seguridad que por si mismos son incapaces de desarrollar. Algunos recurren a Dios para que les proteja y les guíe, otros utilizan a los políticos a modo de diana para disparar contra ellos todas sus frustraciones y otros se unen al torrente de fanáticos que se congregan en un estadio de fútbol para ver a «su» equipo en acción.

Cuando el equipo gana, el aficionado se llena de euforia y lo festeja por todo lo alto; cuando pierde, llega incluso a deprimirse. El forofo se siente identificado con el equipo. Esto es así porque dicha persona anhela la sensación de triunfo e intuye muy costoso el tratar de conseguirla por méritos propios. Resulta más fácil ser seguidor de un determinado equipo de fútbol ---preferiblemente de uno bueno--- y compartir así su éxito en el campo de juego.

Pero el detalle más absurdo ---a la vez que preocupante--- de todo esto es la existencia de rivalidades eternas entre equipos, incluso más allá del terreno de juego. En este estúpido país uno casi está obligado a ser seguidor o bien del Real Madrid o bien del Barça, sin cabida para una opción indiferente. También se dan los casos, más en el ámbito regional, de los derbis locales. ¿De qué sirve este enfrentamiento?

jueves, 24 de agosto de 2006

Fallen Angel (III)

Anochece, y salen a la calle niños y niñas con extravagantes vestiduras, creyéndose mayores, jugando a ser mayores. Beben, ríen, juegan, se propasan, viven intensamente. Su vida es una fiesta continuada. Son las nuevas generaciones, sangre nueva, corazones palpitantes en busca de nuevas emociones.

Mientras tanto, los sufridos padres y abuelos permanecen en sus casas, tragándose toda la bazofia que algún telediario sensacionalista vomita día tras día. Ellos se lamentan de la degeneración de las que ellos consideran buenas costumbres. Se quejan de que sus vástagos no sean ni la mitad de respetuosos de lo que ellos deseaban.

Pero todo esto es pura apariencia. Estos torbellinos de hormonas alzan ahora la bandera del inconformismo, oponiéndose a la tradición de sus progenitores. Pero no han de tardar en mostrarse como realmente son, pues por sus venas corre la misma sangre que por la de sus mayores. Toda la vida han convivido con ellos y, por ende, han compartido las costumbres de su entorno desde que tienen uso de razón.

Es entonces, a modo de ejemplo, inevitable que tras la máscara del feminismo surjan chicas arraigadas en las costumbres machistas de siempre, dispuestas a vivir para servir a su marido. Es, por ende, recíprocamente equivalente el caso que atañe a los chicos. Estos pasarán a ser venerables cabezas de familia, responsables del mantenimiento de la unidad familiar. No nos engañemos; lo único que existe en estos chicos es un rebote transitorio de los hijos hacia los padres, que se extinguirá a medida que estos jóvenes adquieren más responsabilidades en la vida. Se oponen de palabra a su modelo, pero cierto es que su resistencia es fútil.

Mucha gente no se cuestiona la posibilidad de seguir su propio estilo de vida. Pensar por uno mismo no es tarea fácil: implica preocupaciones y responsabilidades. Si una persona decide crear su propia escala de valores y actuar en consecuencia ---en lugar de aceptar sin más los esquemas tradicionales--- debe saber que se enfrenta a una ardua tarea.

En la vida aprendemos muchas normas; algunas están bien y otras no nos parecen tan justas. No obstante, hay gente que las acata sin más, sin plantearse si quiera si dichas normas son de su agrado. Que conste que no se trata de oponerse sin más a lo que dicten aquellos que mandan, sino más bien de ver todo esto desde un punto de vista más crítico. Es más, muchas de las normas existentes en nuestra sociedad pueden servirnos de referencia para establecer nuestra propia escala de valores; son años de sabiduría adquiridos de forma casi instantánea, un legado cuyo valor merece la pena considerar. Otras normas, sin embargo, nos parecerán ridículas al aplicar nuestro criterio, y seguramente por eso acabaremos descartándolas.

En el viaje hacia la libertad, debemos usar nuestro corazón como brújula, y la sabiduría de nuestros mayores como mapas. No queremos que elijan por nosotros. Nosotros escogemos nuestro destino, pero no podemos alcanzarlo a ciegas.

In me there's still a place that fulfils me
A sanctity here that I call home, I run to
When winter descends
If I try, can I find solid ground.

(Epica - Solitary Ground)

viernes, 4 de agosto de 2006

Fallen Angel (II)

La libertad tiene un precio, a veces demasiado alto. Muchos optarán por no pagar tan desorbitado tributo y aceptarán su destino, afanándose en las tareas que le han sido encomendadas en la vida. Para muchos, resulta más fácil aceptar las condiciones que se le imponen, rendir pleitesía a quien corresponda y no preocuparse de nada más.

No obstante, existe una minoría de insurgentes que quieren decidir por si mismos y no estar subordinados a nada ni a nadie. Deciden abandonar el cielo y forjar su propio camino a través de los yermos de la incertidumbre.

En el cielo deben respetarse muchas normas; su perfección viene dada precisamente por esa falta de holgura, esa poca variedad de opciones. Por otra parte, cada alma es un mundo lleno de recovecos con complejidad fractal que representan todas y cada una de sus peculiaridades, de sus gustos y preferencias.

Como personas, somos todos diferentes. La idea de que somos todos iguales es una falacia creada del abuso de los derechos humanos. Está bien que todos tengamos oportunidades en la vida y que nadie trate a nadie de forma degradante. Pero no estamos hablando de derechos fundamentales como el derecho a la vida (mismamente), estamos llegando un poco más lejos: la realización personal.

No se pueden si quiera comparar las ambiciones de unas personas con otras. Mientras algunos desean llegar alto en la vida y tener un papel relevante en el ejercicio de la convivencia con sus semejantes, otros sin embargo se conforman con llevar una vida digna en el anonimato. Hay gente que prefiere llevar una vida llena de dinamismo, en la cual cambie constantemente de lugar de residencia, de trabajo e incluso de hábitos. Otros, sin embargo, renuncian a eso porque no les resulta atractivo y porque prefieren una vida más estable, tanto a nivel profesional como emocionalmente. Mientras unos desean unas cosas, otros desean justo las contrarias; y la casuística de situaciones diferentes es de explosión combinatoria.

Sería fácil imaginar una sociedad totalmente anárquica, donde todos sus integrantes no muestren dependencia alguna de otros indivíduos. No obstante, no es esa la solución definitiva. Si algo nos ha hecho sobrevivir a las duras pruebas que la Naturaleza reserva a todas las especies animales a lo largo de su evolución es el saber convivir en sociedad. El ser humano ha sabido, a lo largo de su historia, cooperar codo con codo para alcanzar logros imposibles para un sólo indivíduo. Es necesario, por tanto, crear sociedades y regular éstas mediante normas. Cuestión de supervivencia.

Pero la elección de las normas para una sociedad no es tarea trivial. A lo largo de la historia hemos vivido tristemente como diversos regímenes políticos se venían abajo. Las dictaduras se veían obligadas a recurrir a la fuerza para mantenerse vivas. Incluso la democracia se cae por su propio peso tratando de "imponer" una única solución ---supuestamente la mejor--- para todos. Una sociedad de indivíduos libres, ¿es posible?.

I arrived to breed the sunshine by the night.
I found a way to leave the nightmare so I can receive the light.
Yes, I arrived; follow if you like.
You know that freedom has a price, my friend,
pay or not now.

(The Count - Lost)

jueves, 3 de agosto de 2006

Caminando

La vida es un incesante caminar, en cualquier dirección y sin rumbo fijo. Continuamente nos vamos encontrando con nuevas cosas, y otras cosas más viejas quedan atrás.

Pero a veces nos visita el fantasma del pasado, revisitando viejos recuerdos. Es una sensación de amarga nostalgia, en ocasiones acompañada de dulce añoranza y otras veces de recuerdos tristes. Los anhelos de tiempos mejores se mezclan con capítulos de nuestra propia existencia salpicados de arrepentimiento, formando una salsa agridulce que hace de nuestros pensamientos una comida de difícil digestión.

Si la vida consiste en vivir el presente, ¿por qué tengo que recordar viejas victorias y derrotas? ¿Cuál es el objetivo de conservar trastos viejos y polvorientos en mi cabeza? ¿A qué viene eso de atormentarse una y otra vez con lo que estaba bien y lo que estaba mal?

Los recuerdos juegan un papel vital para desarrollar con éxito nuestra existencia, no cabe duda de eso. La adquisición de conocimiento para adaptarnos al entorno y sobrevivir a éste no es feudo legítimo y exclusivo de los humanos. Incontables muestras de ello nos muestra la naturaleza allá donde la vida se manifieste. No obstante, la finalidad de esta capacidad de memorización va más allá de las necesidades biológicas.

El ser humano es totalmente dependiente de su entorno. Más bien, no se trata de una subordinación a éste, sino de una cooperación con otros indivíduos en igualdad de condiciones. La meta es formar un todo omnisciente y con perspectiva plena del mundo, es decir, de si mismo. El conocimiento acumulado a lo largo de la historia forma parte del propio proceso evolutivo de la raza humana; es la evolución del alma. (mimetismo)

Pero la consecución de una meta tan sumamente compleja y perfecta por parte de indivíduos en comparación insignificantes y que a menudo se equivocan requiere su tiempo. Cada individuo opera localmente, considerando sólo su entorno próximo y lo que su limitada memoria alcanza a recordar. En conjunto y a lo largo del tiempo, todas esas pequeñas unidades de procesamiento irán compenetrándose y convergiendo en conjunto hacia esa perfección divina. Las generaciones se sucederán a través de los eones para finalmente transcender colectivamente en ese todo integrador y autosuficiente. (nirvana)

Nuestros recuerdos juegan ese papel fundamental. Como efecto derivado, involuntariamente intencionado, nos hace desear tiempos pasados que fueron mejores y a veces nos atormenta con cosas que hemos dicho o hecho y que nos causan esa sensación de arrepentimiento.

Pero esas sensaciones de añoranza y arrepentimento son artificiales. Son creaciones nuestras ocasionadas por nuestra dependencia del orden temporal. Tenemos esa dependencia de la causalidad; es necesario para poder comprender que todo tenga una causa y un efecto, que exista un antes y un después, que las historias de nuestras vidas se desarollen de forma secuencial.


- Novas portas pandimus et post nos occludimus -
(Epica - Dance of Fate)

miércoles, 2 de agosto de 2006

Fotografía en color de principios del siglo XX

Sergei Mikhailovich Prokudin-Gorskii tomó algunas fotografías de la Rusia Imperial a principios del siglo pasado. Las instantáneas reflejan motivos característicos de su patria y fueron sacadas con un rudimentario mecanismo que permitía capturas en color.

El proceso consistía en tomar fotografías con películas fotográficas de blanco y negro por triplicado, aplicando en cada una de ellas filtros de colores rojo, verde y azul. Tan solo restaría después componer las tres fotografías correspondientes a cada uno de los canales RGB.

El enlace: http://www.loc.gov/exhibits/empire/

lunes, 24 de julio de 2006

Fallen Angel (I)

Cuentan los textos antiguos que el Ángel Caído era un ángel que, estando en el cielo, decidió objetar las imposiciones de Dios. Como consecuencia de su desobediencia, fue castigado y condenado al infierno.

Los motivos para rebelarse contra un Dios pueden ser muy variados. No obstante, el principio que lleva a la rebelión es siempre el mismo: anhelo de libertad. El libre albedrío, depender de uno mismo, ser dueños de nuestro propio destino; queremos gozar del privilegio de tener determinación para tomar nuestras propias decisiones en la vida.

Ser personas libres implica también renunciar al amparo de un 'ente' superior. Al vivir en sociedades nos vemos atados y condicionados por una serie de circunstancias que nos obligan a rendirle cuentas a algo o alguien; sean los padres, sea Hacienda, sea nuestro jefe, etc. Ser totalmente libres nos eximiría de esa obligación, pero también nos haría cargar con todo el peso de las responsabilidades de la vida. Abandonaríamos así un cielo perfectamente ordenado y regido por un dios absolutista para llevar una vida de eterno caos e incertidumbre.

El indivíduo libre es un apóstata de su destino. Reniega de las leyes que le han sido impuestas para crear su propia escala de valores y regirse por ella. En cierto modo, el camino hacia la libertad equivale a la búsqueda del Übermensch de Nietzsche.

¿Dónde está mi lugar?... en el cielo estoy de mas
donde puedo volar en libertad
hoy el cielo arderá y de nada servirá
Soy un ángel, caído me verás

(Avalanch - El Ángel Caído)

Nueva señal de tráfico

¿No debería estar el círculo amarillo encima del verde?


Esta señal puede encontrarse en Cangas do Morrazo, en las inmediaciones del cruce del "Galas", ahora regido por semáforos.

miércoles, 28 de junio de 2006

Lemuria

Entre los pocos documentos escritos que quedan de los Mayas (los infames conquistadores españoles destruyeron unos cuantos, unos siglos atrás) aparecen menciones a un continente perdido en medio del pacífico. La causa de su desaparición se asocia a un cambio geológico, basado en el movimiento de placas tectónicas o bien debido a una intensa actividad volcánica, aunque estas teorías tienen numerosos detractores.

Durante su existencia, este mítico continente albergó a una civilización que ha sido, desde siempre, de interés para místicos y estudiosos de ciencias ocultas. Se cree que sus habitantes poseían poderes que las civilizaciones actuales no sólo han perdido, sino que incluso ignoran su potencial existencia.

Algunos escritos tamiles ---originarios de la India--- asocian Lemuria con un territorio mítico llamado Kumari Kandam; una isla sumergida en el mar del sur de la India.

Lemuria ha sido también fuente de inspiración para famosos escritores de todos los tiempos. Su carácter místico ha cautivado a grandes figuras como H.P. Lovecraft, entre otros. También se le ha dedicado alguna canción, como es el caso de "Lemuria", del grupo de metal Therion. El estribillo de esta canción dice lo siguiente:

When the sailman's sailing away
He shows that the dream of Lemuria is true
A land lost he will find again
Hear the call from the depth of the anemone song
Do you dare to enter the ship?
Hear the call from below of an underwater world
Land of Mu is close to the stars
In the arms of the sea you will live as hypnotized

Se dice de los habitantes de Lemuria que tenían la capacidad de transcender, de entrar en un estado de sabiduría suprema y de supresión total del dolor. La canción de Therion dice que el hallazgo de Lemuria no sucede sino dejándose llevar, tratando de alcanzar ese estado de éxtasis que los lemures conocían.

Habiendo existido o no, Lemuria nos deja un legado de gran valor. La habilidad de sus gentes para alcanzar un estado espiritualmente tan elevado se echa en falta en las sociedades actuales. Por una vida más plena y placentera Lemuria ha de resurgir de las profundidades marinas.

martes, 27 de junio de 2006

Mr. X

Seguramente todos habeis visto el capítulo de los Simpsons en el que Homer decide comprar un ordenador personal. En ese mismo capítulo, Homer crea una página web donde publica noticias fraudulentas. Al final, se mete con quien no debe (la industria farmacéutica) y misteriosamente va a parar a una extraña isla. Retenido allí, se encuentra con personas que poseen algún secreto que, si saliese a la luz, supondría el fin de muchos de los negocios más provechosos.

Mi intención no es la misma que la de nuestro entrañable personaje de animación. No pretendo inventarme cosas pero, de momento, tampoco puedo ofrecer más que conjeturas. No obstante, la teoría que a continuación presentaré será expuesta con inexactitud y muy poco rigor porque, de ser cierta, es probable que yo corra la misma suerte que nuestro amarillento amigo. Así, en ese fatídico caso, la verdad no será del todo silenciada; arriesgarse a saber más podría ser jugársela al doble o nada.

Dicho esto, procedo a exponer la teoría.

Es bien sabido que la industria farmacéutica es una de las más prósperas que hay sobre la faz de la Tierra. La venta de analgésicos, tales como la Aspirina, suponen un grueso del mercado de los medicamentos muy sustancioso. No cabe la menor duda de que hablamos de uno de sus productos estrella, pues están en todos los botiquines del mundo.

Su uso más extendido es el de aliviar el dolor de cabeza. El ajetreado ritmo de vida al que nos vemos expuestos día a día nos provoca muy frecuentemente esta dolencia, en ocasiones insoportable. Le echamos la culpa a todo; al trabajo, a los ruidos, a los cambios de temperatura, y no dudamos en dirigirnos al botiquin para coger un comprimido de ácido acetilsalicílico. Agradecidos, bendecimos una y otra vez ese corpúsculo cilíndrico y harinoso que nos alivia tan eficazmente.

Pero, por otra parte, las aspirinas no son todo bondades. Camuflan el dolor en lugar de solucionar el problema y son una bomba para el estómago. ¿Acaso no hay un remedio natural para eliminar el dolor de cabeza?

Los dolores de cabeza han sido, desde hace mucho, una excusa muy manida empleada por las féminas para eludir así la práctica del acto sexual cuando sus compañeros sentimentales lo desean hacer. Es preciso indicar ahora que la causa de tal muestra de frigidez es causada por la torpeza del varón a la hora de satisfacer a su pareja, pero lo que nos interesa es el pretexto. ¿Por qué se recurre a un dolor de cabeza (ficticio o no) para evitar la práctica sexual?

Un titular de la cadena ser afirma que según estudios científicos, los orgasmos son una medida muy eficaz para paliar los dolores de cabeza. El titular dice lo siguiente:
Un orgasmo equivale a dos aspirinas contra el dolor de cabeza.
Según científicos, se liberan las endorfinas, equivalente natural a los opiáceos.

Es decir, el cuerpo humano es capaz de sintetizar una sustancia natural capaz de solucionar el problema. El único requisito es tener un orgasmo, algo que está al alcance de todos (si se hacen bien las cosas). De repente, a la industria farmacéutica le surge un competidor muy serio; su producto es claramente mejor.

En vista de todo esto, resulta ahora que lo que era empleado como un pretexto para no hacer el amor ve ahora en el acto sexual su mejor solución. ¿Quién es el responsable de haber creado esa farsa? Tengo la hipótesis de se trata de un rumor difundido con éxito desde hace mucho tiempo, reforzado y mitificado de boca en boca, elevado a la categoría de leyenda. Es muy probable que las propiedades analgésicas del orgasmo fuesen conocidas desde la antigüedad, aunque a menudo tratadas como tema tabú.

Con la llegada de tiempos más liberales, donde la práctica del sexo por placer se disocia de lo maligno y lo incorrecto, este ancestral secreto corría el riesgo de salir a la luz. Por ende, la industria farmacéutica tomó cartas en el asunto, creando una conspiración contra el bien común que, con sutiles maniobras, logró convencer a las sociedades más industrializadas justamente de lo contrario: la práctica del sexo agudizaría el dolor de cabeza.

Finalmente, debemos recordar que para lograr con éxito que desaparezca el dolor de cabeza es necesario alcanzar el orgasmo. Esto puede parecer complicado pero no lo es en realidad si se poseen los conocimientos y la práctica necesarios. Así, en honor al buen hacer de las prácticas sexuales, resulta muy recomendable aprender lo que las culturas milenarias del todo mundo tienen que decir al respecto. A nadie le deberían extrañar los términos tantra o kamasutra, pero esos son temas que están fuera del alcance de este comunicado.

Como colofón, me gustaría añadir que la industria farmacéutica puede sacar buen partido de todas estas conclusiones. Confío en que sus directivos ya lo saben, y que no han de tardar en ver en todo esto nuevas posibilidades de negocio. A fin de cuentas, son ellos también quienes se ocupan de la venta de métodos anticonceptivos.

viernes, 23 de junio de 2006

Aquí no hay quien pille wifi

Todo era maravilloso y el sol lucía radiante en un cielo azul, los pájaros cantaban y las mariposas revoloteaban posándose en flores de vívidos colores, pobladoras de un verdescente prado.

Así de maravilloso era el mundo en el que vivíamos, en el cual, estuvieses donde estuvieses, podrías desplegar un ordenador portátil y beneficiarte de la augusta generosidad de los paisanos del lugar que, muy amablemente, optaban por compartir sus recursos de red inalámbrica con los bienvenidos viajeros.

La gente vivía bajo un clima de felicidad perenne, de infinita bonanza y amabilidad extrema. No había conflictos de ningún tipo. Todos eran muy amigos y se querían mucho.

Pero cierto día, el Señor del Mal hizo presencia en forma de señal de televisión y se materializó en las pantallas de las gentes en forma de serie televisiva de gran audiencia. "Aquí no hay quien viva", rezaba la sintonía del principio una y otra vez, mientras se sucedían los créditos de los infames participantes en aquella orgía de perversión y exaltación de los instintos más malvados e impuros que a la especie humana el devenir de los tiempos le ha ido inculcando.

Así, los guionistas de la endemoniada serie de televisión crearon con toda maldad un capítulo en el que se abordaba el tema de las redes "wifi", tan en boga en estos tiempos. El presidente de la comunidad de vecinos de la ficción era el poseedor de la infraestructura de red inalámbrica necesaria, y el resto de los vecinos ejercían con maestría el ancestral arte del parasitismo.

La reacción del susodicho presidente no pudo ser más trágica. Su conducta estaba sin duda coercionada por los dictados de ese evangelio maligno que las clases sociales dominantes han de difundir para perpetuar su supremacía: el concepto de propiedad privada. De este modo, la hasta entonces libremente accesible red inalámbrica comunitaria devenió en un lujo elitista destinado al disfrute único y exclusivo de su contratante. Una terrible contraseña, fiel símbolo de los más obscuros deseos e intenciones de quienes ocultan la verdad al prójimo, ponía en veda el tan anhelado recurso.

Y es así como el mal triunfa sobre el bien, cómo se impone la misantropía y el egoísmo ante el sano deseo de la libre comunicación entre hermanos. Se divulga así el erróneo concepto de que compartir es malo, haciendo una exaltación flagrante de la propiedad privada. Este golpe bajo constituye, sin duda, un acto de manipulación, digno de cualquiera de los régimenes dictatoriales que con innumerables manchas de sangre han salpicado la historia del pasado siglo XX.

En el cielo azul aparecieron nubes grises de tormenta, el frío invierno nuclear destruyó flora y fauna, y sobre los yermos parajes de marrón y gris ya no se oye a los pájaros cantar.

lunes, 19 de junio de 2006

Una de Punk-Rock

Una canción llamada "21st Century digital boy", del grupo Bad Religion, reza lo siguiente en su estribillo:

'Cause I'm a 21st Century digital boy,
I don't know how to live but I've got a lot of toys,
My daddy's a lazy middle class intellectual,
My mommy's on Valium, so ineffectual,
Ain't life a mystery?

Muy significativo. La canción habla de cómo en los tiempos que corren nos hacemos dependientes de la tecnología, que adormece nuestro instinto para vivir la vida tal y como se nos presenta. Por alguna razón, nos vemos cómodamente forzados a cubrir de papel celofán vivencias y sentimientos, y a asentir como borregos a todo lo que se nos diga. Tenemos fe ciega en iconos, marcas, emblemas, etc; y acabamos creyéndonos que todo eso nos dará la felicidad.

No obstante, la solución no está en acometer a todo eso. Otras cosas vendrán que nos causen esa misma sensación artificial. Ocurre siempre en la política: primero pensamos que los políticos han de solucionarnos la vida y, al ver que no lo hacen, nos enfadamos con ellos y creemos que su oposición lo hará mejor.

La solución está en uno mismo. Primer paso: el viaje interior. Bucea en tu mente en busca de tu verdadera esencia. Una vez que te conozcas mejor, sal a la calle. Y una vez que estés en contacto con el mundo, dedícate a observar. Observa y adáptate; vive en armonía con el universo. Simplemente no claudiques a las imposiciones del conformismo y haz uso de tu propio criterio.

domingo, 18 de junio de 2006

Buenos tiempos para la lírica

Un labriego con conocimientos de solfeo y buena mano para las notas destierra de las listas de los grandes éxitos a los niños pijos del karaoke glamuroso.

Al mismo tiempo, unos terribles monstruos a quienes en su tierra les habían dado la espalda vencen en un certamen que, año tras año, se fue tornando debate político.

Aparentemente, no hay manos lúgubres que desde la obscuridad manejen los hilos de la sociedad cual marionetas. Parece que esta vez los títeres no están a merced de un tirano que escribe guiones trágicos para sus representaciones. Se respira cierto aire de libertad y optimismo.

La rebelión de los 'pringaos'

(Obviamente, este mensaje está escrito en clave de humor. Por favor, que nadie se sienta ofendido por ello.)

¡Soy un puto genio!

Acabo de tener una idea a la que el calificativo 'maquiavélico' se le queda corto.

Resulta que tengo un vecino que siempre se está comprando cachivaches tecnológicos cada dos por tres, y que recurre siempre a mí para que se los instale y configure.

Hace un tiempo, este señor había adquirido un reproductor de DVD, y no dudó en ponerse en contacto conmigo para que le ayudase a instalarlo. Yo accedí de buena gana, bien porque es así mi carácter, bien porque supuse que sería una árdua tarea entender los tan crípticos manuales para una persona de su edad.

Al poco tiempo, mi vecino acudió a mí solicitando ayuda técnica de nuevo para que le conectase otro reproductor de DVD que acababa de comprar al televisor que tenía en el dormitorio. Y ya de paso, también conectar el DVD al vídeo que ya tenía desde hace tiempo para poder grabar las películas alquiladas en el videoclub en formato VHS. Yo accedí, como siempre suelo hacer, a instalarle todos sus aparatos con un augusto gesto de altruísmo y una radiante sonrisa.

Luego vino la cámara de vídeo y una serie de artilugios necesarios para poder registrar sus grabaciones domésticas en cintas VHS. A mí me gustaba 'trastear' con todos aquellos aparatos, conectarlos, hacer pruebas con ellos, etc. Mi vecino también lo pasaba bien viendo cómo yo jugueteaba con todas sus adquisiciones, en parte fascinado con mi dominio sobre todos ellos, pues la tecnología forma parte de mis quehaceres cotidianos y es de necesidad poseer cierta soltura en el manejo de ésta.

No fue necesario que transcurriese mucho tiempo desde aquel día para que mi vecino se presentase delante de mi puerta de nuevo para solicitar mi ayuda. ¿Qué nuevo artefacto habría adquirido mi vecino, adicto ya a los catálogos de las tiendas de electrónica de consumo? Esta vez era un grabador de DVD. Mi entrañable vecino quería ahora poder registrar sus grabaciones domésticas, sus programas de televisión favoritos y las películas del videoclub que más le gustaban con mayor calidad y en un formato que preservase prístina toda su videoteca.

No obstante, mi entusiasmo ya no era el de antaño, cuando pensaba en lo bonito que era ayudar al prójimo y disfrutar con éste de las bondades de los avances tecnológicos. Ahora ya empezaba a estar harto de que viniese este señor a pedirme que le conectase todos los nuevos aparatos que iba comprando a los que ya tenía. O si no se trataba de añadir un aparato nuevo a la colección, era porque quería una nueva configuración de los que ya tenía; el vídeo del salón mejor en el dormitorio, el DVD de la cocina en el baño, etc. Me había convertido en su 'pringao' particular.

De poco servía explicarle cómo se navegaba por los menúes de configuración o cómo debía conectar los aparatos. No es fácil explicarle eso a una persona a la que los tecnicismos se le quedan grandes. La creciente maraña de cables euroconectores, cables de audio, fibras ópticas, coaxiales y enchufes a la red eléctrica hacía cada vez más complicado encontrar la causa de que alguna de sus criaturas tecnológicas no funcionase según lo esperado. En alguna ocasión, me veía obligado a responder con un "eso que me pides es imposible de hacer", o un "pues no sé que es lo que falla aquí", o un "tal vez esté estropeado".

Y ahora, mientras me hallo sumido en la más terrible de mis pesadillas, cautivado por la abismal oscuridad del no saber cómo librarse de este calvario, un rayo de luz me ilumina y me ofrece la bien merecida recompensa a todo mi poco gratificado esfuerzo:

Convenceré a mi vecino para que se compre un ordenador.

Puede parecer una locura, lo admito, pero no por ello deja de ser un buen plan. Es cierto que me espera la peor de las maldiciones que le pueden caer a un tecnócrata, pero es por la consecución de un bien mayor. Tendré que lidiar con los cederrones de instalación de drivers, aplicaciones y demás suplicios que todo aquel medianamente experimentado usuario de ordenador bien conoce por padecimiento propio. Seguramente me pase tardes enteras en casa de mi vecino para explicarle paso a paso cómo se escriben documentos, cómo se visualizan fotos y vídeos, cómo se reproduce música, etc.

Pero todo ese sufrimiento es muy necesario para poder efectuar la segunda parte de mi plan, que consiste en convencer de nuevo a mi vecino para que contrate una ADSL de alta velocidad con router inalámbrico. Obviamente seré yo también quien tenga que configurarle la red y el router, que astutamente dejaré sin contraseña "para que mi vecino no se líe y le resulte más fácil conectarse" (sonrisa malvada).

A partir de ese momento, podré gozar de un acceso a Internet bastante rápido y sin pagar un duro. Confío en que desde mi casa se reciba con calidad la señal del router del vecino. Bueno, creo que me lo he ganado; son mis honorarios por ejercer de 'pringao'. ¡Salud!

miércoles, 14 de junio de 2006

LINGOT


Aprovecho este espacio para publicitar un maravilloso programa para afinar instrumentos musicales. Su nombre es lingot, es software libre, y funciona de vicio.

Se trata de una aplicación para GNU/Linux ---de momento sólo está disponible para esa plataforma--- que muestrea la señal de audio capturada por la tarjeta del sonido del PC, la analiza y muestra por pantalla la nota más próxima, la frecuencia y el error. Todo esto de la forma más sencilla y elegante.

Este programa será incluido en Debian (de momento, está dentro de la rama 'unstable'). Para quienes quieran saber más, sólo tienen que seguir el siguiente enlace: http://www.nongnu.org/lingot/.

lunes, 12 de junio de 2006

Maldita burguesía, maldita sociedad.


No hace mucho se comenzó a emitir por televisión el anuncio de un coche de la marca Renault que me encantó. Ese anuncio tiene un gran significado.

En el spot aparece un caballero saliendo por la puerta de una ostentosa mansión, dirigiéndose hacia el coche que se anuncia. Luego aparece cenando en un restaurante de lujo con una hermosa dama (todo con mucha clase, si señor, eso que no falte). Acto seguido, aparece de nuevo en su coche dirigiéndose hacia un concierto de música punk que él mismo va a dar. Las siguientes escenas muestran al protagonista preparándose para el concierto y, posteriormente, cantando una canción que dice "maldita burguesía, maldita sociedad, odio el dinero, ..." mientras un gorila de 2x2 metros cuida de su coche, correctamente aparcado. El anuncio termina diciendo "reconozcámoslo, a todos nos gusta vivir bien".

Y es cierto.

Resulta ya aburrido escuchar a la gente que se viste de nobles causas y va denunciando una y otra vez los defectos de la unos y otros en pro de una sociedad mejor y más justa. Basta ya de predicadores de tintes políticos de inaplicabilidad demostrada. ¿En verdad sois los acérrimos seguidores de Lenin y Bakunin que presumís ser?

Critican a los que tienen más que ellos precisamente porque ellos no tienen; no por justicia, sino por envidia. Insultan al burgués sólo porque a éste le fue mejor en la vida, lo abuchean, le agreden. ¿Reclaman justicia? No, reclaman su coche, su casa, su piscina y sus millones del banco. En el fondo, estamos hechos todos de la misma mierda.

Si de verdad creeis en un mundo justo y con igualdad de oportunidades para todos, renunciad a los anhelos materiales y desead sólo lo que el amor puro pueda daros. Todo lo demás es supérfluo.

Puedes necesitar un coche para viajar, una casa para vivir, dinero para comer, para comprar cosas que necesites e incluso para divertirte. Es necesario, eso no se puede negar, pero no puede ser tu obsesión.

La envidia es una herramienta del ego para aplastar al prójimo y así imponerse sobre él. Debemos purgar ese sentimiento voraz y deleznable. No existe razón alguna para enfrentarnos al prójimo. Al contrario, hay mucho que compartir con él.

domingo, 11 de junio de 2006

Whisky bueno: ¡excitad mi frágil pequeña vejez!

Nada mejor que un pangrama para bordar el título de este mensaje, concebido en este delicado momento de reflexión. Un delicioso trozo de noche estival ---aunque aún estemos en primavera--- bañado en una mezcla de crema de whisky y música melancólica.

Las notas de "Nostalgia", de Stream of Passion, se suceden con delicada calma y mis pensamientos recapitulan lo más notable de estos últimos días.

Hace ya más de un año que comencé a resurgir de entre mis cenizas, purificado y reconvertido en un ser de luz. Cada día pasado, un verso de la magnífica epopeya de mi vida. Desde entonces, he derribado la muralla del prejuicio y he dejado muy atrás los templos del fanatismo y de la defensa vehemente e incoherente de ideas muertas.

No obstante, queda mucho por caminar. Caminar a través de un yermo carente de senderos que nos lleven a conocer la verdad. No existe, pues, una forma única y canónica de alcanzar la sabiduría. Sé que ese es el objetivo que he escogido, pero también sé que alcanzarlo es imposible. Todo lo más, estar a escasos centímetros de él para, en un último esfuerzo, con un último suspiro, sentir cómo las yemas de mis dedos casi acarician nebulosas y galaxias más allá de lo que alcanzamos a ver. Sentir esa fuerza, esa energía ubicua, que es nuestra razón de ser. Comprender el amor en su esencia más pura.

Ahora quiero compartir una perspectiva multicolor que me ayude a comprender mejor el mundo. No se puede filtrar nada porque no somos quienes de juzgar qué cosas son relevantes y qué cosas son supérfluas. En cada molécula, en cada intercambio energético, hay un mensaje que merece la pena comprender. Estar en contacto con el mundo exige esta atención permanente a todas y cada una de sus sutiles manifestaciones.

jueves, 8 de junio de 2006

Cuidado con el escalón

Paseando un día, tiempo hace ya, me topé con estas señales de tráfico y no pude resistirme a fotografiarlas. Tan magnífica muestra de creatividad no puede caer en el olvido.

Y es que queda ya bastante claro el dibujo del turismo despeñándose por las escaleras, pero, por si no fuese así, redundan con un claro mensaje que claramente advierte: "Atención: Escaleras"

En todo el tiempo que llevo como conductor, nunca he visto algo semejante. Estas señales no se estudian en la autoescuela, ni son documentadas en las campañas de divulgación de la DGT. No, más bien, es lo que a algún "iluminado" se le ha ocurrido y punto. Es así, sin más. Esponteneidad en estado puro. Arte, puro arte.

Estas señales se hallan ubicadas en las proximidades de la playa de Areamilla, en Cangas (Pontevedra).

miércoles, 7 de junio de 2006

Culo veo, culo quiero

Hogar, salado hogar.

Leo hoy en el periódico "Faro de Vigo" el siguiente titular:

"La Xunta respalda convertir contenedores usados en pisos asequibles para jóvenes"

Por favor, que no cunda el pánico. No se refiere a conteredores de basura. Se trata de reutilizar contenedores viejos utilizados hasta entonces para el transporte marítimo de mercancías.

¡Y es que yo no podría estar más contento! He encontrado uno que me gusta (sí, el de la foto). Está climatizado y también muy bien comunicado, a un paso de la estación de ferrocarril. Al principio olía un poco a pescado, pero creo que con un par de ambientadores del carreful se le pasará pronto ese olor. Un día de estos le instalaré el televisor de plasma para no perderme ni un detalle de los partidos del mundial. Va a ser maravilloso vivir ahí.

lunes, 5 de junio de 2006

El Fin del Mundo

Mañana es el 6 de junio de 2006, es decir, 6-6-06, 666, el Día de la Bestia. La profecía habla de la venida al mundo del hijo del demonio, y con él, el fin de la humanidad (otra vez).

Aprovechando la coyuntura, se estrena en el cine una película remake de otra considerada ya un clásico. Su título: "La profecía" (The Omen).

Y con respecto a la profecía en sí, pues ¿quién sabe? Ya estamos acostumbrados a este tipo de cosas y no nos sorprenden las conjeturas que salen de las atrevidas mentes de los lunáticos. Estamos hastiados de galimatías alfanuméricos que buscan, de alguna manera, hacer coincidir el número 666 con el nombre del presidente de los Estados Unidos.

Por otra parte, el libro del Apocalipsis no creo yo que ponga fechas exactas. Es cierto que hace alusión al número 666, mujeres de parto y dragones de 10 cabezas, por poner un ejemplo. Ahora que, ya veremos si se cumple o no.

Y ahora, de regalo, una bonita canción: "To Mega Therion", de Therion:

Powers of Thagirion
Watch the Great Beast to be
For To Mega Therion
The Draconian melody
The Dragon open the eye
And reveal both truth and lie
Spiritual supremacy

Ride the Beast of ecstasy
Spiritual supremacy
Ride the Beast of ecstasy

Ialbaophs creative spark
Manifests the utmost dark
Ialbaophs creative spark

Meaning of the letter Theth
Hide the force of Baphomet
Meaning of the letter Theth

The wound of Baal will be healed
When sign of time is unsealed
The wound of Baal will be healed

The world will burn by Soraths flame
And through the solar sign proclaim

Ascending fiend of the sea
Will fulfill prophecy
Man will feel the wrath of Beast
When fenris wolf is released
The Dragon open the eye
Reveal both truth and lie
Spiritual supremacy

The end of revelation
A soulful violation
The end of revelation

Bear the mark of victory
And the spear of destiny
Bear the mark of victory

Powers of Thagirion
For To Mega Therion
Powers of Thagirion

Watch the Great Beast to be
The Draconian melody
Watch the Great Beast to be

The world will burn by Soraths flame
And through the solar sign proclaim

Powers of Thagirion
Is the Great Beast to be
The To Mega Therion

Powers of Thagirion
For To Mega Therion
Powers of Thagirion

Watch the Great Beast to be
The Draconian melody
Watch the Great Beast to be

Meaning of the letter Theth
Hide the force of Baphomet
Meaning of the letter Theth

The wound of Baal will be healed
When sign of time is unsealed
The wound of Baal will be healed

The world will burn by Soraths flame
And through the solar sign proclaim